Horneando esperanza para niños y niñas

Miércoles, Mayo 20, 2015 - 18:54

Por Andrey Urbina 

El aroma a postre recién horneado se anticipa a la alarma que anuncia que la labor terminó. Las deliciosas  galletas reposan en la bandeja mientras la joven cocinera desarrolla mentalmente  sumas, restas y demás cálculos para percatarse cuantas galletas necesita vender para alcanzar su meta mensual: cubrir el patrocinio de Adela, una niña de 6 años que participa en los programas de educación de World Vision.

Esta es la historia diaria de Carolina Romero, una joven de 21 años, cuyo corazón es tan grande como su dedicación por ayudar a los demás, en especial, si de niños se trata. A pesar de su condición de estudiante y no tener ingresos económicos, no dudo en asumir el patrocinio mensual de Adela, el cual abarca con la venta de galletas hechas por ella misma.

Aunque su entusiasmo y amor por la niñez hace ver fácil su iniciativa, requiere mucho sacrificio y entrega de su parte. Junta los ingredientes necesarios para preparar las galletas de coco y mantequilla de maní y las coloca en un pequeño horno casero, cuya capacidad es apenas de 8 galletas por ciclo.  Espera con paciencia el tiempo de cocción  y conforme van saliendo las galletas, las va colocando en los empaques para finalmente venderlas y lograr su cometido.

“Para mi ayudar al prójimo es lo primero, en especial si de niños se trata. Hace algún tiempo cuando estaba en el colegio, un niño especial que vivía cerca de mi casa,  no le iba muy bien con las calificaciones de la escuela. Por iniciativa propia decidí ayudarle a mejorar su rendimiento académico y al cabo de algunos meses el niño mejoró sus calificaciones. En lo personal, ver su cara de felicidad y esperanza fue un estímulo para continuar haciendo buenas obras”, señaló Carolina en medio de su faena de venta.

Como cualquier joven de su edad tiene muchas responsabilidades, pero su deseo por ayudar a los demás, la llevó a hacer un esfuerzo extra para hornear y vender galletas para colaborar con el programa de patrocinio de World Vision.  “Yo invito a la gente a ponerse la mano en el corazón para ayudar. Quisiera que todos hicieran  consciencia de las dificultades que pasan los niños y niñas en zonas rurales y urbanas en donde las dificultades son muchas y los recursos limitados. ¡Todos podemos ayudar de alguna manera!, concluyó esta estudiante de publicidad cuya habilidad en la cocina es superada por su inmenso corazón. 

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