Escribir por los Derechos: Claudia, 17 años de edad, El Salvador
Hola, soy Claudia de El Salvador.
Quiero contarles que estoy muy feliz de poder comunicarme con ustedes en esta fecha tan especial, el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño. Es especial porque me recuerda que hace 25 años, por primera vez, las personas empezaron a creer en nosotros. En esta ocasión, deseo hablar acerca de los derechos que, me complace mucho, han sido tomados en consideración para generar esta ley. Esto es muy importante para tener derechos integrales, y estos son el derecho a la participación y el derecho a la educación.
Pedimos a nuestros gobiernos que en todos los programas sociales implementados para desarrollar el país, seamos tomados en serio.
La participación es un derecho fundamental en las vidas de los niños, las niñas y los adolescentes. Esta convención nos reconoce por primera vez en la legislación internacional como sujetos de derecho, como personas capaces de contribuir con la sociedad y de defender nuestros derechos; y no sólo como objetos de protección.
Este ha sido uno de los grandes logros que obtuvimos, pues antes éramos percibidos únicamente como objetos que necesitaban protección. Sin embargo, esta convención ha cambiado dicho paradigma y nos ha dado el papel protagonista que debemos tener en nuestra sociedad.
Me gustaría contarles que uno de los grandes avances que la convención ha tenido es un mayor acceso a la educación. Mi abuelo solía contarme que antes la educación era sólo para niños, y que sus hermanas fueron privadas de ella (como sucedió a la mayoría de las niñas). A ellas se les enseñó sólo a cuidar del hogar. Las cosas ya no son así, desde que la educación es nuestro derecho.
La convención está alcanzando 25 años, y considero que el desafío principal sigue siendo la falta de difusión de esta ley por parte de los estados.
Muchos niños y niñas aún no saben que cuentan con una ley que garantiza nuestro desarrollo integral. En 25 años, podemos ver muchos avances de los estados a fin de asegurar que nuestra participación sea eficaz. Sin embargo, nuestra sociedad aún no nos toma en serio y los adultos actúan bajo la mentalidad de que somos personas incapaces, y no confían en nuestras habilidades. No se abren espacios en los que podamos tener una participación real. Pedimos a los gobiernos que en todos los programas sociales implementados para desarrollar el país, seamos tomados en serio, ya que podemos contribuir enormemente con la transformación que nuestro país necesita.
Nosotros también podemos disfrutar de nuestro derecho a la educación, y es preciso que el estado genere las condiciones necesarias para beneficiarnos de él. Con el fin de tener espacios de participación de calidad, debemos tener educación de calidad, ya que ambos derechos son complementarios.
Claudia, 17 años de edad, El Salvador
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