Inicia el retorno de los niños y niñas migrantes del Éxodo Infantil

Jueves, Julio 17, 2014 - 20:31

El lunes 14 de julio, marcó la vida de muchos guatemaltecos, especialmente la de las familias de los niños y niñas interceptados entre las fronteras de México y Estados Unidos, en su intento de huir de la violencia que acecha alrededor de sus hogares y/o alcanzar a sus familiares ya migradas en Estados Unidos.

El día lunes ingresaron vía aérea los primeros 16 niños y niñas de los cientos de niños y niñas que serán repatriados a Guatemala desde México. Los menores, quienes fueron interceptados en suelo mexicano en su intento por llegar sin acompañantes adultos a Estados Unidos, "fueron recibidos en un vuelo comercial", explicó Juan Solórzano, delegado de la Procuraduría General de la Nación de Guatemala.

Los niños y niñas fueron recibidos por las autoridades de Guatemala en el Aeropuerto Internacional La Aurora e inmediatamente fueron trasladados a un albergue temporal administrado por la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia “donde les dan alimentos, hospedaje, atienden médica y psicológicamente en coordinación con otras organizaciones, para luego ser entregados directamente a sus familiares”, según explica Miriam de Celada, Subsecretaria de Prevención, Abrigo y Rehabilitación de dicha Secretaría.

Este martes al medio día, arribaron otros dos aviones procedentes de México con un total de 186 hombres, 64 mujeres entre 18 y 25 años, y un menor de 16 años, de quién la prensa se abalanzó para conocer su historia.

Kenny (nombre ficticio) de 16 años de edad, nació en un municipio de Guatemala fronterizo con El Salvador y Honduras. Debido a la situación económica de su familia Kenny tuvo que abandonar la escuela en el sexto grado de primaria para dedicarse  a las labores agrícolas y así ayudar a la manutención de su familia. Con miras de alcanzar “el sueño americano”, Kenny decide emprender el duro viaje rumbo a los Estados Unidos.

Con una bolsa de papel en sus manos, entregada a su llegada a Guatemala, que contenía un jugo de frutas y una galleta, Kenny narra su odisea al atravesar el desierto.

“Intenté salir adelante por mí mismo, lo más difícil fue atravesar por ocho días el desierto y lo que más me costó fue el hambre, el calor y la sed"

“Intenté salir adelante por mí mismo, lo más difícil fue atravesar por ocho días el desierto y lo que más me costó fue el hambre, el calor y la sed. Yo salí con un grupo de 22 personas y sólo yo menor de edad. En mi camino vi a jóvenes de Honduras y El Salvador, vi mucha gente, mamás con sus hijos, niños pequeños y lo más duro que vi fue morir a un guatemalteco en el desierto. Se quedó, se deshidrató, no aguantó a caminar y se quedó allí tirado. Simplemente nos hicimos amigos en el camino… pero le duele a uno” comentó con lágrimas en sus ojos”.

Kenny, es el menor de seis hermanos, de los cuales dos de ellos han migrado a España y otros dos primos, menores de edad, migraron a los Estados Unidos.

Kenny fue interceptado por la policía de migración en McAllen, Texas, y con la cabeza baja comentó, “al coyote le decíamos Fredy, pero nos dejó abandonados, lo contactamos por otros primos que ofreció llevarnos hasta California, pero la migra nos agarró a todos y nos trataron mal, no nos daban comida, muy poca agua. Algunos de mis derechos no fueron respetados”.

Al finalizar, Kenny hizo una pausa en su narración, como quién toma aire para un discurso y dijo: “Yo le diría a los otros jóvenes que irse es una decisión personal, porque uno siempre quiere ir por un futuro mejor y es cosa de cada uno, pero no recomendaría a nadie, porque es muy triste…voy a trabajar en lo que tengo…”, apretó muy fuertemente su bolsa de papel y el entorno enmudeció y no se hicieron más preguntas.

Esta es una de las muchas historias que se están iniciando a documentar en Centroamérica. Hugo Casiano, Director de World Vision Guatemala comentó al respecto, “la migración de niñas y niños no acompañados es un fenómeno histórico, motivado en su mayoría por la pobreza y la desigualdad, la reunificación familiar y la violencia. Sin embargo, sus consecuencias son devastadoras para quienes se exponen a este tipo de migración, exponiéndose al abuso sexual y  físico, tráfico de personas, daño emocional y en algunos casos, la muerte. La respuesta institucional se vuelve insuficiente en este tipo de crisis, por lo que la búsqueda de soluciones es un compromiso de todos. “El sueño americano” puede convertirse en una pesadilla”, concluyó.

Según las autoridades de Guatemala, las niñas y adolescentes tienen una alta exposición a ser víctimas de abuso sexual durante el trayecto a los Estados Unidos. Se conoce que los mismos  “coyotes” las prevén antes de realizar el viaje, indicándoles llevar consigo mismas anticonceptivos o inyectarse una dosis anticonceptiva. Se han identificado varias víctimas de violaciones y reportado embarazos como consecuencia de ello. El temor es tan fuerte que prefieren no bañarse para evitar estar expuestos y vulnerables a ser abusados.

La deportación de los menores guatemaltecos desde Estados Unidos y México continuará con mayor frecuencia, en medio de una crisis humanitaria por el éxodo de miles de niños migrantes centroamericanos que buscan el sueño americano, pero allí estará presente World Vision promoviendo la protección de las niñas y los niños, por una sociedad más justa y segura para ellos.

Sobre World Vision:

World Vision es una Organización humanitaria cristiana dedicada a trabajar con niños, niñas, familias y comunidades alrededor del mundo para que alcancen su máximo potencial al atender las causas de la pobreza y la injusticia. World Vision sirve a todas las personas sin importar su raza, religión, grupo étnico o género.

Mayor información:

Cecilio Martínez, Gerente de Comunicaciones

World Vision Guatemala

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