Listos para ayudar y responder

Martes, Octubre 28, 2014 - 18:34

Por Víctor Martínez, Oficial Regional de Comunicaciones World Vision América Latina y el Caribe 

El curso de las cosas puede cambiar en tan solo un segundo. Cuando parece que todo está bajo control pueden ocurrir situaciones que no esperamos, si se trata de percances que ponen en riesgo nuestra seguridad, es cuando nos preguntamos si estamos preparados para reaccionar y ayudar.

Una experiencia parecida le ocurrió a Jocabeth, 26 años; ella y su familia viajaban en bote hacia una comarca cerca de Isla Aguja. Mientras disfrutaban del día de descanso, se percataron de un accidente sufrido por dos botes que se observaban a la distancia. Al acercarse al lugar y preguntar, supieron que aproximadamente 30 personas habían caído al agua, entre las víctimas había 10 niños.

Los testigos narraron que había muchas personas en mal estado, pasaron mucho tiempo en el agua, se intoxicaron con el combustible. Una persona falleció dentro del bote. “Cuando la gente preguntó si alguien podía ayudar, inmediatamente mi hermana Yamileth y yo nos ofrecimos; primero dividíamos a las personas por su estado de gravedad, posteriormente dimos primeros auxilios y resucitación a una persona, afortunadamente revivió. Mi hermana se hizo cargo de brindar apoyo psicológico y espiritual a los niños”, relató Jocabeth.

La primera asistencia que recibieron las víctimas fue brindada por Jocabeth y Yamileth, minutos después llegó el Ministerio de Salud. “Nunca pensé en no ayudar, lo decidimos desde nuestra fe. Dios nos permitió prepararnos en un taller de emergencias que proporcionó World Vision”, afirmó Jocabeth.

Aunque en Panamá World Vision no tiene programas de campo, sí existe un equipo de especialistas del cual Jocabeth forma parte; ellos han brindado capacitaciones a jóvenes de la Universidad de Panamá y de la Comunidad de Estudiantes Cristianos. Como organización internacional, esta comunidad de estudiantes propone temas de carácter social adecuados a la realidad de los países donde trabaja. Es una organización que comparte el Evangelio, que lleva las buenas noticias y esperanza a la gente.

“Mi vida cambió porque me di cuenta que tenemos que estar preparados. A veces suceden accidentes como este y debemos estar prestos a reaccionar con lo que tenemos, hay que ser empático con los afectados. Hay mucho que aportar a los niños y las niñas desde el área de emergencias y prevención”, concluyó Jocabeth.

La mayoría de las ciudades y comunidades tienen niveles de riesgo para su población, algunos tienen que ver con fenómenos meteorológicos, otros con situaciones civiles o terremotos, por esta razón, el desarrollo de habilidades y del conocimiento son esenciales para la construcción de una sociedad más segura.