Dos niñas de Lota, una infancia en común

Lunes, Octubre 9, 2017 - 06:34

Soy Magdalena Díaz, chilena, ingeniero civil industrial de profesión, tengo 34 años y trabajo felizmente en una empresa americana dedicada a la economía.

Les quería contar que estoy patrocinando a una niña que se llama María, estoy muy contenta de poder ayudarla y guiarla. Ella vive en Lota, una localidad al sur de Chile donde los altos índices de cesantía y violencia afectan a la comunidad, y, en consecuencia, a los niños y niñas de la zona, quienes además deben soportar crudos inviernos.

Yo soy el fruto del trabajo de World Vision, y me enorgullece ser parte de ella, tanto como patrocinadacomo patrocinadora.

Patrociné a María porque además su vida tiene gran similitud con la vida de otra niña.

Les contaré un poco sobre ella.

Esta niña, también de Lota, vivía con sus padres de muy escasos recursos, quienes eran trabajadores y de mucho esfuerzo, y que a pesar de las dificultades socioeconómicas latentes, intentaban con todos sus medios de mantener a la familia unida y con las necesidades básicas cubiertas, procurando que sus hijos fueran al colegio y tuvieran una educación...

En ese contexto dificultoso fue que esa niña pudo finalmente salir adelante y de manera exitosa: pudo terminar su enseñanza escolar, e incluso llegó a la universidad y se tituló, gracias al apoyo de World Vision y también al de sus patrocinadores.

Esta otra feliz historia que acabo de contarles, es la historia de mi vida, donde World Vision fue parte fundamental de lo que yo soy ahora.

Estoy eternamente agradecida del trabajo de World Vision, y estoy segura que miles de niños en toda América Latina e incluso en el mundo están recibiendo herramientas y protección fundamentales para aspirar a un futuro más digno, con más cariño y felicidad.

Yo soy el fruto del trabajo de World Vision, y me enorgullece ser parte de esta organización, tanto como patrocinada como patrocinadora.