Un ministerio incluyente

Miércoles, Agosto 26, 2015 - 19:02

Sabana Perdida es una comunidad con muchas calles y pendientes sin asfalto, que terminan a orillas del Ozama, un gran río bordeado por los barrios más marginados y vulnerables de Santo Domingo, República Dominicana. Para muchos, llenos de miseria y peligro, pero llenos de amor, misericordia y esperanza para el pastor Domingo Aybar. 

Por años, el pastor sirvió en la pequeña iglesia Mesón Celestial, centrado y preocupado sólo por el crecimiento espiritual de los feligreses dentro de su congregación. Hasta que un día, recibió una invitación que cambió su ministerio para siempre. Accedió a participar en una reunión de World Vision, donde le hablaron de los problemas de la comunidad y sus habitantes. 

“Recuerdo que estaba sentado en un salón, junto a otros líderes de la iglesia, cuando me preguntaron si era capaz de ayudar a una persona portadora de VIH, inmediatamente respondí que no”. El pastor Domingo ama a Dios y estaba dispuesto a hacer su voluntad. Sin embargo, su fría y enfática respuesta era sólo el resultado de la ignorancia y el temor infundado que, por años, hizo que muchos asociaran la enfermedad al pecado, provocando el rechazo en la iglesia. 

Esa reunión era parte del programa Canales de Esperanza, una metodología de World Vision que orienta a los líderes de fe y las iglesias sobre cómo responder a los temas de VIH y SIDA, salud materno-infantil, equidad de género, violencia basada en género y protección a la niñez. 

“No entendía qué tenía que ver todo eso con mi trabajo y ministerio. Pero conocer cómo se produce y descubrir la realidad de las personas que viven con la enfermedad, comenzó a transformar la visión y el llamado que Dios tenía para mí”, afirma el pastor. 

Luego de una jornada de tres días, Aybar admite que regresó a su casa con un corazón tocado por Dios. Se sentó e hizo una lista de todas las personas que tenían, o sospechaba que podían ser portadoras del virus. “Fue difícil identificarlos”, admite. “Vivimos en una sociedad donde las personas con VIH sienten temor y suelen ser rechazados”. 

A partir de ese momento el pastor Aybar comenzó a visitar y cuidar a personas portadoras del virus en su comunidad y localidades cercanas. “Cuando identificamos un caso, lo cuidamos y le damos apoyo espiritual. En el caso de requerir retrovirales y vitaminas, los referimos a World Vision”, agrega. 

Cuando la necesidad va más allá 

Un día, mientras el pastor visitaba el hogar de una familia que vivía con la enfermedad. Le conmovió el estado en que se encontraban. “La casa estaba destruida y vivían en condiciones deplorables”. Al marcharse, visitó la oficina de la organización en la comunidad y les manifestó su preocupación. Todos se movilizaron e integraron a la familia a un proyecto especial de World Vision para la reconstrucción de su hogar. “Consiguieron los materiales para construirles una casa digna”. La madre de la familia se encontraba en una situación de salud muy delicada, así que la oficina la refirió a un Centro de Atención Primeria para asegurarse de que recibiera todos los medicamentos que necesitaba.” 

Hoy, la familia lleva una vida normal. Habilitaron un espacio en su nueva casa y establecieron un pequeño negocio donde venden alimentos a los vecinos. “Esto nos ayuda a echar la casa para adelante. Somos miembro de los grupos de apoyo que hace World Vision. Allí nos apoyamos mutuamente y aprendemos a continuar nuestra vida normal”, afirma la madre de la familia. 

En la actualidad, más de 50 líderes de iglesias se han capacitado en el programa de Canales de Esperanza en Sabana Perdida y han trabajado el tema en sus liturgias y mensajes. Al parecer, los estigmas se han borrado. Actualmente, los mismos feligreses se acercan a sus líderes y les refieren personas que necesitan algún tipo de ayuda o seguimiento. 

El programa en Sabana Perdida ya ha identificado a 262 adultos, niños y niñas que viven con el virus. Algunos reciben asistencia dependiendo de la necesidad y grado de vulnerabilidad. Por lo general, reciben medicamentos, vitaminas y orientación espiritual con ayuda de las iglesias locales. 

Finalmente, luego de un acuerdo con la Unidad de Atención Integral del Ministerio de Salud Pública, World Vision refiere al centro a las personas que necesitan seguimiento para garantizar su salud; mientras que el Ministerio de Salud refiere a World Vision a nuevas personas infectadas para darles seguimiento integral.  Asimismo, la organización desarrolla reuniones de grupos de apoyo para compartir temas en común y guiarlos en cualquier necesidad. 

“Cuando tienen un problema, nos llaman y lo solucionamos juntos”, afirma el pastor Aybar. 

¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante?… Isaías 58:7-11  

``Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; Mateo 25:35