Huertos familiares: Alimentación Sana

Cuando Jenny (7) entra al huerto que tiene en el patio de su casa, parece perderse en el verde de sus plantas. “Si por ella fuera no saldría de ahí, cada rato quiere entrar a regar y limpiar las plantitas” dice su mamá Agustina, madre emprendedora que hace poco más de dos años se involucró en esta iniciativa que se constituyó en una de las principales fuentes de nutrición saludable para su familia.
Lechuga, tomate, perejil, rábano, son algunas de las variedades que obtiene permanentemente del huerto. Verduras frescas, que acompañan las más de las veces los platillos de la familia, se han cultivado bajo la atenta mirada y cuidado de doña Agustina con la ayuda de su hija menor, Jenny, que todos los días después de sus deberes en la escuela se da tiempo para rociar las plantitas, al igual que sus hermanos mayores.
Jenny aprovecha las primeras horas de la mañana, cuando hay mayor suerte de toparse con un fresco y rojizo tomate, aún mojado por las gotas de rocío, para darse gusto de probarlos directamente desde el huerto. “Lo que más me gusta es el tomate, si no encuentro tomate me como las lechugas” cuenta la pequeña mientras se conforma en sus manos con uno cuantos rábanos que hoy encontró.
“Nos alimentamos saludable porque nosotros no fumigamos las plantas; sabemos que lo que comemos es sano” dice Agustina. Además de contar todos los días con verduras para el consumo familiar, cada dos semanas saca a la venta los vegetales que son bien cotizados en el mercado de Lomas de Santa Bárbara; algo de dinero que siempre es bienvenido para invertir en las necesidades más básicas de la casa y para comprar abonos para mejorar la tierra del huerto.
Jenny y doña Agustina, son las principales artífices del logro de la producción de hortalizas en la familia, empezaron con un pie cuadrado gracias a la colaboración de la Fundación Alerta Verde. Cuando World Vision ingresa a la zona el año pasado para su diseño de Programa la señora se integró a este proceso constituyéndose en una referente para la planificación y lideresa del proceso. Del Programa Lomas de World Vision, recibió semillas y abono, para ampliar el tamaño y variedad de su huerto y aprendió a seleccionar las semillas de sus verduras. Ahora no hay ocasión en que la familia no tenga a su disposición las verduras que tanto les gusta a Jenny y sus hermanos.
A Jenny le gusta acompañar también a su mamá a los talleres de capacitación en cocina, donde aprenden a preparar una variada opción de platillos en base los productos del huerto, siempre pensando en brindar a su familia una otra alternativa nutritiva saludable. Son 30 familias beneficiarias del proyecto huertos familiares y de ellas la mitad de las madres de familia asisten regularmente al PDA para aprovechar mejor los productos del huerto.
Madre e hija en el huerto de la familia
Jenny y su madre entre las plantas de su huerto, la niña curiosa en cada detalle del mismo.