Primera infancia. Primera brecha
Por Lourdes Pérez de Jiménez / Gerente Bienestar Infantil-Educación Visión Mundial.
Que la primera infancia (0 a 5 años) es la base sobre la que se construye el proyecto de todo ser humano ya es un axioma. Este proyecto se inicia desde la vida intrauterina, se estructura en los contextos familiar, comunitario y en su mayor expresión en el nacional. Para que un niño o niña logre desarrollar sus potenciales de desarrollo, depende de cuidados tiernos, buena nutrición, estar protegido de enfermedad o daño y recibir estimulación en su aprendizaje.
La exclusión y las brechas sociales empiezan desde la cuna. Hasta los 5 años, los infantes están desprovistos de garantías para educación temprana, servicio de guardería o estancia infantil, programas locales de crecimiento y desarrollo, acceso a espacios lúdicos y deportivos, cuidadores informados y que promuevan buenos tratos para ellos y ellas. Todo esto es accesible, según el nivel de ingreso de la familia, el lugar de nacimiento y los sistemas de apoyo con los cuales cuenta principalmente la madre.
El infante es un ser humano con pleno derecho, cubierto por un marco legal nacional e internacional, que aspira a promover su desarrollo integral.
La salud es fundamental para su sobrevivencia y desarrollo, pero 28 de cada mil niños nacidos vivos mueren antes de cumplir los 5 años; 7 de cada 100 niños tiene dificultades alimenticias, y el 2% presenta problemas severos de desnutrición en nuestro país; de acuerdo con el estudio EnHogar 2010.
La estimulación temprana es determinante en las capacidades de aprendizaje de un niño o niña, y está vinculada a potenciar las habilidades creativas, artísticas, deportivas y culturales. Pese a esto, el porcentaje de infantes que asiste a un centro de educación inicial es aún muy bajo en República Dominicana.
Para que una familia pueda ofrecer a sus hijos/as infantes sano crecimiento, y potenciar sus destrezas básicas, tendrá que hacer una inversión significativa, porque en nuestro país no se garantizan los elementos necesarios para que el infante se desarrolle de manera integral.
Los programas integrales para infantes pueden modificar los efectos de las inequidades socioeconómicas y de género, algunas de las causas más arraigadas de la pobreza.
Cerrar las brechas en la primera infancia es un asunto de conveniencia para el desarrollo humano, es un asunto de derecho de niñez.