Escape del mar

Jueves, Julio 30, 2015 - 19:35

Por Naw Phoebe, Gerente de Comunicaciones World Vision Myanmar

Htut tenía tan solo 10 años cuando dejó su casa para comenzar a trabajar.

Junto con sus amigos, Htut fue a la frontera entre Myanmar y Tailandia para trabajar. Allí conocieron a un intermediario que los convenció para trabajar en Tailandia, y así ganar más dinero.

“Fui con el intermediario y trabajaba como albañil en una ciudad fronteriza de Tailandia. Por cada día de pago, el intermediario tomaba todos mis salarios. Esto fue así durante casi un año, así que me escapé como pude para ya no trabajar allí”, dice Htut.

Htut conoció a otro intermediario que le consiguió un trabajo en un taller de autos. Htut lavaba autos y ganaba 3,000 baht (cerca de $100 USD) por mes pero tenía que pagar 500 baht a la policía tailandesa todos los meses porque no tenía una tarjeta de trabajo oficial. 

“Tuve que trabajar de 4 am a 11 pm. No había ninguna atención médica. Tuvimos que trabajar aún estando enfermos. No se nos permitía salir".

"Después de trabajar en el durante dos meses y medio, me fui a trabajar en un estanque de peces como guardia. Mi salario era 2.500 baht tailandeses (aproximadamente $ 83 USD) por mes. No estaba permitido salir y tenía que permanecer en el interior del recinto, así que huí otra vez," recuerda Htut.

Durante este tiempo, y gracias a que Htut había vivido en Tailandia durante varios años, hablaba el tailandés muy bien.

"Me mudé a Bangkok y trabajé como pintor y albañil en la construcción durante 6 años".

"Mientras buscaba un nuevo trabajo, conocí a un intermediario y me animó a trabajar en Indonesia. Me prometieron que me enviarían de vuelta después de seis meses en caso de que no estuviera contento. Así que fui a Indonesia con ellos y conseguí un trabajo en un barco de pesca", dice Htut.

"No tenía permitido el volver a casa. Ganaba solo $100 USD por mes en lugar del salario prometido", añade Htut. "Tuve que trabajar de 4 am a 11 pm. No había ninguna atención médica. Teníamos que trabajar aun cuando estábamos enfermos. No se nos permitía salir del barco y tuve que permanecer dentro del complejo de procesamiento de pescado solamente".

Htut pidió volver a casa después de trabajar en el barco por un año, pero su solicitud fue rechazada. Sin saber qué hacer, Htut permaneció por cerca de 4 años en el barco.

"Tuve que trabajar en condiciones peligrosas. La mayoría de las veces tuve que bucear en el mar para agarrar la red cargada de pescado con un cuchillo, y luego volver a la barca. Mi trabajo requería mucha atención, así que no podía pensar en mi casa".

"Me sentía sin futuro. Si pensaba en mi casa y en las experiencias que había enfrentado, era una cosa muy dolorosa. Por lo tanto, traté de no pensar en eso y mejor centrarme sólo en el trabajo".

"Un día, recibí la noticia de que sería enviado de vuelta a casa con la ayuda de las autoridades competentes [Gobiernos de Indonesia y Myanmar]. A nuestro barco ya no se le permitía pescar".

"Nos enviaron a una isla donde recibimos atención médica. También nos dieron pasaportes después del proceso. No teníamos que trabajar, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) nos daba apoyo para mantenernos económicamente”.

"Pasé tres meses allí y finalmente volé a casa a Myanmar", comparte Htut.

En total, 253 pescadores de Myanmar, incluyendo a Htut, regresaron a casa con la ayuda y la colaboración entre los gobiernos de Indonesia y Myanmar.

El Cuerpo Central de la Trata de Personas, el Departamento de Pesca de la región de Myanmar Yangon, la OIM, y World Vision Myanmar dieron la bienvenida a los repatriados y están prestando su apoyo con dinero en efectivo, transporte y cubriendo los costos de la comida.

Htut, ahora de 21 años, está de vuelta en casa, en Myanmar. Él no ha visto a su familia desde hace más de 10 años. Ansiosamente quiere encontrar a sus padres que se fueron de su ciudad natal, poco antes de su llegada.

Después de un corto tiempo viviendo con una tía y un tío, Htut se trasladó a un nuevo municipio. Está rentando una habitación de 10 pies cuadrados, que cuesta 35.000 kyats (unos $ 28 USD) por mes.

World Vision Myanmar, a través del Programa  ”End Trafficking in Persons”, tiene previsto ofrecer a Htut y los repatriados, artículos para el hogar, tales como utensilios de cocina, mantas, alfombras, mosquiteros y ayudar en el alquiler de habitaciones.

Más importante aún, World Vision está trabajando con el departamento de inmigración para que Htut obtenga un documento de identidad, algo muy importante para un ciudadano de Myanmar. Una vez Htut esté asentado en su nueva localidad, World Vision le ayudará a inscribirse en un programa de capacitación vocacional.

A pesar de haber sido un capítulo terrible en la vida de Htut, la esperanza se renueva. World Vision continuará apoyando a Htut y a otros repatriados con el asesoramiento y capacitación para una exitosa reintegración.